A capella un romance compusimos;
sobre el pentagrama de nuestra historia.
y a los dioses mismos conmovimos.
Suspiros engarzamos entre clave y corchea.
En la sinfonía del mundo. cada acorde, un destello
Cantamos al universo en arpegios de luz,
viviendo el deleite de ser polvo de estrellas.
Versos de ardor y candor escribimos.
Cómplices, amantes y amigos.
Rimas tiernas que indelebles se grabaron
en, de nuestras almas, el pergamino.