Somos el
sueño de nuestros antepasados hecho realidad.
Lo que nuestros ancestros presintieron, nosotros lo estamos llevando a la práctica. Lo que para ellos pertenecía al campo de lo inaccesible, nosotros lo consideramos algo sencillo y cómodo.
Es bueno honrar su memoria.
Sabemos que no seríamos nada sin la mezcla de dolor y alegría que fue su historia.
Sabemos que llevaban nuestra imagen dentro cuando atravesaban el miedo y el dolor, cuando se enfrentaban a su oscuridad, cuando escribían, día a día, su historia.
Sabemos que somos lo que somos y que podemos hacer lo que hacemos gracias a lo que ellos fueron e hicieron.
Ni siquiera podríamos existir sin sus sueños y aspiraciones.
Por ello, en el
día de hoy, jornada dedicada en nuestra cultura a los Difuntos, quisiera ofrecer
los méritos de nuestra existencia a los antecesores de nuestro linaje personal, a nuestros padres
fallecidos, a nuestros abuelos y a todas las generaciones que nos han
precedido.
Invito a que cada uno de nosotros ofrezca los méritos de lo mejor de nosotros mismos a nuestros seres queridos ya
desaparecidos, tomando clara conciencia de que dentro de menos tiempo del que
nos imaginemos, serán nuestros descendientes, para los que sólo seamos un
recuerdo que se desvanece en la nada, los que honren nuestra memoria.
Con
nuestra vida, nuestros sueños, nuestras aflicciones y nuestras alegrías,
estamos tejiendo el hilo por el que discurrirá la vida de nuestros descendientes,
tanto biológicos, como generacionales, como espirituales. Esta tela de araña
invisible nos mantiene unidos tanto a nuestros antepasados, como a nosotros
mismos, y a nuestros descendientes en este preciso instante, más allá del
tiempo.
Es buen
momento también, pues para celebrar la continuidad de la Vida que se manifiesta
y palpita en cada rincón de nuestro planeta.
Vida y muerte
son el haz y el envés de la misma hoja, las dos alas del pájaro de la
existencia humana, no existen la una sin la otra, no tienen sentido la una sin
la otra… y se están manifestando aquí y ahora, justo aquí, justo ahora…
silencio… ¿no lo ois?
Practicantes
del Dharma, La Vida y la Muerte es el asunto esencial. A vosotros que buscáis
la Vía humildemente os pido:
Tomad conciencia
del instante presente.
Muhaken
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